Cómo elegir la vajilla para el "ajuar"

vajilla¿Cómo, pero ya habéis olvidado lo que es un ajuar? pues mal vamos en este país. ¿Cómo os voy a enseñar a elegir una vajilla conveniente si no sabéis lo que es un ajuar? Parece que fue ayer cuando todas las madres se afanaban en acumular mantelerías, sábanas bordadas, toallas de rizo americano, «tu y yos» muy íntimos, etc etc  Todo para que la niña pudiera tener un ajuar bien completito cuando se casara. Ahora lo más parecido a esto es ver un episodio de Cuéntame, y ahí queda todo, (a dios gracias) porque las pobres «niñas» tenían que llevarse a cuestas unas horteradas infumables!

Y volviendo al título de nuestro post,  he encontrado un consejo de lo más práctico, en una publicación que yo deduzco será de la época de la sección femenina. Ahí va, por si teníais alguna duda:

«Elija un modelo y un diseño que no se pasen de moda enseguida, para poder reponer las piezas rotas y ampliar la colección si le interesa (en nuestros días, esto es impensable, porque las colecciones duran un año y punto!)

Todas las piezas deberían de poder lavarse en el lavavajillas (vaya, pues igual el libro no es tan viejo!)

Se necesitan las siguientes piezas:

  • Platos soperos, llanos y de postre.
  • Tazones para el desayuno.
  • Tazas con sus platillos , que pueden usarse tanto para café como para té (ya me veo yo con el dedito levantado tomando el té de las 5)
  • Fuentes para las verduras (con las verduras que yo como, me vale con un platito de postre)
  • Fuente para los guisos y estofados (suena como si fuéramos a dar de comer a una familia numerosa!)
  • Larguero para la carne y pescado (¿y esto qué es?)
  • Salsera (no vale sacar el bote de mahonesa de la nevera…)
  • Ensaladera (fundamental)

Pues esta es la valiosa recomendación, añadir si cabe, la diferencia entre «apaño» y «vajilla». Ja, esto no lo esperabais!  Pues sí, yo lo descubrí un día que fui a comprar una vajilla para regalar a mi madre al Corte Inglés. Como yo tenía muy claro la composión de la vajilla (por la practicidad que me caracteriza), la señorita que me atendió me dijo muy estirada ella «señora, ud. lo que quiere es un apaño no una vajilla». Pues vale, apañada que es una, qué le vamos a hacer.