Para combatir la depresión, remedios naturales.

¿Cómo combatir la depresión?. Cara larga, mirada ausente, gesto taciturno, hombros caídos y un ánimo por el suelo suelen ser las señas de identidad de la persona deprimida, melancólica, triste. Para combatir esta dolencia se utilizan numerosos medicamentos y preparados farmacéuticos, algunos de los cuales tienen otros efectos añadidos. La siguiente receta, experimentada a lo largo de generaciones, puede resultar de gran ayuda.

Ingredientes: depresion1

½  l de vinagre de manzana

½ kg de ajos frescos

½ cabeza grande de ajos secos

½  l de glicerina

½  l de miel de romero

Mezclar los ajos frescos troceados, los ajos secos laminados y ½  litro de vinagre de manzana. Guardar la mezcla en lugar fresco y oscuro durante cuatro días removiendo diariamente.

Al cuarto día, agregar a la mezcla la glicerina y el medio litro de miel de romero, y dejar macerando en lugar oscuro un día más.

Filtrar y escurrir bien el macerado. Presionar bien los ajos para que suelten todos sus principios activos: azufre, alicina, aceites, etc. Finalmente, almacenar en un recipiente de cristal bien cerrado.

Tomar una cucharada sopera media hora antes de las tres comidas. Si la depresión es muy fuerte, se puede doblar la dosis.

cosquillas con plumasOtro método más sencillo para combatir la depresión es utilizar la técnica de la simpaticoterapia, ya utilizada por los chinos hace 4.000 años. El tratamiento consiste en cosquillear con el borde de una pluma de gallina la entrada de los orificios nasales hasta provocar estornudos y lagrimeo. La expansión de los pulmones por efecto del estornudo y el desbloqueo de la presión torácica ejercen una acción liberadora de la tristeza o depresión repentina. El lagrimeo supone una descarga emocional que calma la angustia. Actualmente, algunos terapeutas utilizan utensilios específicos para provocar el estornudo, tales como sondas o varillas flexibles, que se introducen en los orificios nasales.

Ahora que lo pienso, me doy cuenta de lo incomprendido que fue Fu-Man-Chu en su época. Lo que aplicaba a sus enemigos no eran torturas chinas, eran terapias alternativas.

Pili, este artículo te va como anillo al dedo para darle vueltas con tu agudo ingenio y sacarnos una sonrisa.

¡Qué bueno Mili! ¿De dónde has sacado lo de la pluma? me ha encantado, de verdad. Creo que todavía conservo un plumero de quitar el polvo, porque entre mi alergia a los ácaros y el cosquilleo propio, pueden hacer maravillas cuando me encuentre alicaída. Ahora bien, mejor antes, me aseguraré de tener a mano una caja bien grande de antihistamínicos, por lo que pueda pasar…. 😉

(Ya ves tú, yo todas las primaveras descargando energía emocional y expandiendo pulmones y pensando que era fiebre del heno, ya me vale!)